viernes, 29 de julio de 2016

Contradicciones y Dificultades.

Gloria Cuenca.


Estos días de angustia que nos toca padecer, conducen a situaciones que en oportunidades, logran hacernos perder la perspectiva y la capacidad de reflexión. Como adultos responsables no podemos permitir que la crisis que vivimos nos “arrolle”, tal como  ocurrió, al desafortunado joven en Carúpano, Estado Sucre. (Q.E.P.D.) Hay que tener olfato político y ser capaz de observar con serenidad lo que ocurre. Efectivamente, estamos al borde de la desesperación y la desesperanza. Por lo contrario, en mi opinión, al fin, estamos en una situación, que pese a las contradicciones que se observan, entre los líderes y dirigentes de la oposición -normales y previstas-  la agenda política ha pasado a ser impuesta por una juventud extraordinaria que ha decidido hacer suya esta enorme responsabilidad de liberar a Venezuela del oprobio al que ha sido sometida. Los jóvenes con su valentía y arrojo han procedido a trazar una ruta. Ahora deben los líderes- y todo el resto del país democrático- incorporarse a esa tarea, ayudarlos, apoyarlos, comprenderlos, aceptar su inmensa variedad y riqueza espiritual. Es necesario además, saber que las cosas no ocurren de un día para otro, sino que todo tiene su tiempo.  Cuando se dice que, “el Tiempo de Dios es perfecto”, parece un lugar común, pero, es así. El impacto logrado internacionalmente por el movimiento juvenil, por la injusta prisión de Leopoldo López y los demás jóvenes estudiantes que de manera arbitraria y sin respetar sus más elementales derechos, han sido torturados, vejados y hechos prisioneros, sin ajustarse al debido proceso, han sido fundamentales. Finalmente, el planeta ha entendido, cuál es la situación por la que atraviesa nuestro país. ¿Qué clase de “revolución” es esta que manda a los estudiantes presos por protestar contra el desastre que hay en el país? ¿Quiénes son los dirigentes del oficialismo que no entienden para nada la protesta de los jóvenes? Como si fuera poco, los encarcelan, torturan, aíslan, y vuelven a épocas que creíamos  desaparecidas. Peor aún, se sienten  alegres por la situación que se vive, y deciden,  celebrar el carnaval. La ignorancia, la falta de reflexión, la ausencia de valores y la inconsciencia, acompañada de la inconsistencia, hace que se declaren fervientes seguidores del carnaval. Una de las primeras medidas de la dictadura castrista fue eliminar los carnavales en Cuba, considerada una celebración “burguesa y decadente,” entre los  revolucionarios.  No puede sorprendernos,  que el presidente, a quien se observa angustiado y perdido, pues no sabe cómo acabar con las protestas, recurra a ideas estrambóticas, tal como esa de bailar y reanimar el carnaval. Así, haciendo uso de la fórmula maquiavélica: “el fin justifica los medios”. Pasa por encima de contradicciones y obstáculos, para buscar la solución a la rebelión juvenil. Demuestra con su accionar un total desconocimiento de lo que son los jóvenes estudiantes. No es  extraño, su paso por la vida de estudiantes, fue efímero. Su aprendizaje ocurrió en La  Habana: interesaba la politiquería, el autoritarismo y toda la propaganda posible ¡Dios nos libre!
La crisis continuada.

Gloria Cuenca.


Vivir en la crisis continuada en la que estamos, requiere de parte de todos nosotros, un esfuerzo sobre humano. Necesitamos un poco de paz y tranquilidad, ser capaces de analizar con serenidad la situación del país, para así comprender mejor las posibles salidas a esta circunstancia difícil que nos toca vivir. Me van a permitir, mis contradictorios lectores, hacerles algunos comentarios, -producto de algunas reflexiones- que han servido en  tiempos turbulentos y difíciles. No hay que olvidar: somos seres espirituales.  Nuestra proximidad con Dios y la Virgen debe ser cercana. A veces, olvidamos, hay una ruta trazada por Dios. Cada uno de nosotros tiene que vivir la vida lo mejor posible, incluso, en estos momentos complejos. Es muy importante, pensar en el amor y el perdón como sentimientos para la buena vida que todos aspiramos. No la tenemos fácil. Pregunto, ¿Cuándo ha sido  fácil algo en la vida? Esta  aproximación inicial  a esas  sensaciones,  permite entender  que la complejidad que nos toca vivir en la actualidad, tendrá un final, en la medida en que seamos capaces de ocuparnos con lo mejor de nosotros. ¿De qué se trata, entonces? Hay en estos momentos una importante masa crítica que día a día se incorpora a las luchas y vicisitudes. Se observa también un sector, que habla por hablar. Es decir, dejan que rumores, fantasías, chismes, habladurías y demás formas de desinformación se transmitan entre los diferentes corrillos y, por supuesto, por las redes sociales,  como si fueran hechos ciertos. Hay que tener la capacidad de saber distinguir qué cosas son ciertas y cuáles no. Hay “datos que no son reductores de incertidumbre, sino todo lo contrario,” desinforman. No hay que dejarse llevar por la maledicencia, mucho menos de aquellas frases que sin tener certeza, algunas personas se empeñan en repetir. La opinión es libre y hay libertad de opinión, sin embargo, de lo que se trata es, de preservar aquellos hechos que son ciertos y separarlos de situaciones que han surgido del egoísmo, la envidia, el deseo de protagonismo y demás patrañas que aparecen desde el ego. Importante recordar, que cada vez que se dice algo sin fundamento, ni comprobación, se puede empeñar la reputación y el honor de una persona. Hay que ser prudentes a la hora de hacer uso de informaciones que no se sabe de donde provienen. Vivimos tiempos difíciles como ya he escrito, hay que cuidarse de esos “rumores” que nos hacen creer que las cosas son fáciles de resolver. O, aquellos, que dicen cosas que, contribuyen a  desestabilizar emocionalmente, a quienes por desconocimiento o falta de información, no saben actuar dentro de un momento complicado, como el que vivimos. Los acontecimientos se han desarrollado con bastante velocidad, por cierto, como lo habían, previsto bastantes analistas, al sufrir el desabastecimiento, la falta de dólares, el incremento de la violencia, la dificultad para obtener el  papel para periódico, entre otras razones. Como hemos dicho y repetido, siguiendo al Presidente López Contreras: “Calma y cordura”, pero con sinceridad y verazmente, nos hace falta.